clubrenault-21 se reunió el 5 de julio.

Todo comenzó como de costumbre, un poco de charla, con bastante frío, y con la visitas de unos chicos que viajaron desde Córdoba Capital para confirmar si era cierto que la gente de éste club de autos le daba más bola a la comida que a los autos, cosa que al poco tiempo pudieron confirmar cuando llegó el encargado de hacer el asado y puso las cosas en su lugar. En seguida con unas miradas bastó para que Tito fuera a buscar las parrillas, Lucas el carbón y como vemos en la foto, él se puso a cocinar. Pero tranquilos que los demás no perdimos el tiempo, mientras el cocinero seguía con su tarea los demás nos abocamos a probar si la picada estaba buena o no, con lo que los cordobeces se dieron cuanta que sus presunciones eran ciertas, para nosotros lo más importante es comer, y más cuando lo hacemos en familia y con amigos, aunque algunos tengan que viajar desde Rosario sin importar si iba a llover o a hacer frío, lo importante es compartir un buen momento.
Después de haber limpiado la mesa de fiambres y la parrilla, llegó el momento de dedicarnos a los autos, podemos decir que hubo de todo, desde nuevos integrantes, algunos que se dedicaban a poner y sacar las ruedas de los autos, para ver cuál le quedaba mejor, hasta algunos curiosos que se acercaban a ver que estaba pasando y sorprenderse al ver como ésta gente les dedica parte su vida a esas máquinas que en cada reunión se esmeran por ponerlas en mejores condiciones, aunque a ésta altura ya son la envidia de más de un fanático de autos.
Desde la última vez que los visitamos pudimos apreciar que ésto va creciendo y que hay para todos los gustos, incluso nos encontramos con gente que vino con otros modelos que no eran precisamente Renault 21, sino que también pudimos ver algún Renault Mégane, otro Renault 19, un Ford Escort y como se puede ver an la foto, al fondo con una camioneta que no nos esxplicamos si fué solo para acercarse a la reunión o para traer la cantidad de comida que pasó por la parrila.
Por la tarde como era de esperar, apareció un equipo de mate, después otro, alguien que trajo alguna docenita de facturas y mientras charlabamos cerca de los autos, comenzó a ponerse el cielo cada vez más oscuro, por lo tanto de a poco se empezó a levantar campamente porque de repente, por suerte cuando ya estbábamos llegando a nuestras casa se largó el tan temido granizo.
Bueno, no cabe ptra cosa que felicitarlos por las reuniones y el ambiente familiar que se siente en cada una de ellas; sigan así.