Reunión de Fuego.

Estábamos paseando por la Gral. Paz, y con ganas de encontrarnos con algunos amigos, y qué otra cosa podíamos hacer? nos fuimos al fuegódromo, sabíamos que seguro los íbamos a encontrar y así fué, apenas llegamos nos hicieron un lugar para estacionar el auto e invitarnos con algo de merendar, aunque era ya un poco tarde, pero lo mismo nos estaban esperando.
No hubo nada nuevo, nos encotramos con lo de costumbre: autos inmaculados, gente con buena onda y mucha predisposición para pasarla bien a pesar del frío y esa llovizna molesta que ocupó gran parte de la tarde del domingo, cosa que no impidió que nos encontráramos con cada vez más autos.
Tal vez los chicos de ahora crean que tener un auto nuevo o un celular con no se cuántas cosas que a veces ni siquiera saben para que sirven lo es todo, tal vez seamos un poco nostálgicos, pero la verdad es que acá encontramos algo más que el todo de ellos, encontramos un pedacito de historia del automovilismo, ése que nos dejaba con la boca abierta al verlos por televisión sin tanta tecnología encima y con mucha pericia de los pilotos; y por sobre todo podemos encontrarnos con algunas cosas que se fueron dejando de lado y qué bien nos vendría reflotar como las familias juntándose para tomar mate en algún lado y gente como ésta que a pesar de ser la segunda vez que nos ve, nos recibe como si fueramos parte del grupo desde siempre, y si cuando pasás por el lugar ves unos locos chupando frío con sus chicos y familias enteras acercate, no tengas miedo que no te van a morder, te van a hacer sentir cómodo, y casi seguro te van a invitar con un mate o a comer alguna factura, o simplemente a que pases un lindo momento con ellos, y te des cuenta que los clubes de autos no son solo para mostrar autos, sino también para compartir y charlar un rato de lo que sea, una excusa para concerse.
Nos vemos en Agosto.
O antes.
O bueno, cuando quieran.